Esta breve descripción se fundamenta en publicaciones científicas y documentos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y agencias estadounidenses como el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA / FSIS), entre otros.
RESUMEN EJECUTIVO
El presente informe fue realizado por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que forman parte de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA). Se recopiló la última información científica disponible sobre la COVID-19 y la transmisión de SARS-CoV-2.
La pandemia por COVID-19 no es una crisis de inocuidad alimentaria.
No existe evidencia científica, hasta el presente, que demuestre que los virus que causan enfermedades respiratorias en humanos (como el SARS-CoV-2) se transmitan a través de los alimentos.
No existe evidencia científica que demuestre que los animales de consumo (bovinos, porcinos, aves, peces) transmitan el virus, ni que puedan enfermarse.
No existe evidencia científica que demuestre que SARS-CoV-2 se transmita a través de la carne de peces, cerdos, bovinos o aves.
La actividad agroindustrial se distribuye en todo el país y no se asocia a los grandes centros urbanos, donde se encuentra la mayor prelavencia de COVID-19 en Argentina.
Es necesario minimizar las posibilidades de transmisión del virus SARS-CoV-2 entre personas. Para ello se deben implementar todas las medidas generales de seguridad, higiene, desinfección y cuidado personal de los trabajadores en las cadenas de producción.
La mayoría de los patógenos, incluyendo los CoV, pueden inactivarse mediante los Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento (POES) que se utilizan con frecuencia en la industria alimentaria. SARS-CoV-2 es sensible a los principales desinfectantes utilizados a nivel industrial.
El Estado Argentino lleva a cabo el control de la producción de alimentos y publicó lineamientos para diferentes sectores productivos en relación al COVID-19.
El conocimiento acerca de la supervivencia de SARS-CoV-2 en superficies se basa en datos experimentales, con un máximo de sobrevida de 7 días en plásticos y en acero inoxidable. Sin embargo, no existe evidencia científica hasta el momento que demuestre que el virus pueda transmitirse por esta vía.
El riesgo de presencia de material genético de SARS-CoV-2 en contenedores de alimentos sería de 4,38 x 10-6 (IC95% 1,06 x 10-6 – 2,44 x 10-5). El riesgo final de que una persona adquiera SARS-CoV-2 por manipular un alimento importado, podría considerarse insignificante (inferior a 10-12).
Los kits para detección de SARS-CoV-2 a partir de muestras ambientales deben contar con controles internos de amplificación específicamente desarrollados para tal fin.
La recolección de muestras de superficies para análisis de SARS-CoV-2 debe ser realizada por personal capacitado y bajo condiciones de bioseguridad. Se debe preservar la salud del analista y la bioseguridad de la muestra, evitando contaminaciones externas.
Las técnicas de PCR pueden detectar material genético del virus, pero no permiten diferenciar entre SARS-CoV-2 viable y no viable, por lo que la detección de ARN viral no necesariamente implica infectividad.
Esta breve descripción se fundamenta en publicaciones científicas y documentos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y agencias estadounidenses como el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA / FSIS), entre otros.
N. de la R; Autor: Red de Seguridad Alimentaria (RSA) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
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