Seguro que no te sorprenden las alianzas entre distintos fabricantes de automóviles. Es muy común ver productos desarrollados en conjunto para conseguir reducir los costes de producción y aunque hace años no era tan habitual, todavía quedan algunos productos del recuerdo que pueden llamar la atención.
Lo que hoy te traemos es la historia de amor entre Ford Brasil y Volkswagen Argentina que tuvo lugar a final de los 80 y que dio como resultado la empresa Autolatina, encargada de sacar adelante a ambas filias con un acuerdo de colaboración que por cierto funcionó bastante bien.
En la segunda mitad de los 80 la alemana Volkswagen estaba sufriendo notablemente la caída en las ventas de sus productos en Argentina, algo que también le ocurría a Ford en Brasil. Desarrollar productos específicos resultaba altamente costoso y sin acuerdo de colaboración estaba claro que la situación podría volverse insostenible por lo que ambas empresas terminaron con una solución que les salvo del problema durante los años siguientes.
Autolatina logró combinar con acierto la tecnología existente en ambas marcas y fusionar los modelos, de forma que Volkswagen aportaría los vehículos más grandes y Ford los medianos. Con ello se reducían mucho los gastos y se conseguía llevar a una mayor parte de la población.
Ford puso a disposición de Volkswagen el exitoso Escort (y Verona, un Orion con dos puertas), un automóvil compacto de diseño sencillo que fue comercializado en Brasil y Argentina también como Volkswagen Apollo, equipando los mismos motores del por aquel entonces veterano Senda. El Apollo estuvo a la venta entre 1989 y 1992, con cifras de ventas suficientes para captar la atención de los usuarios.
Con la renovación del Escort/Orion/Verona, Volkswagen tuvo oportunidad de ofrecer a los usuarios una alternativa muy interesante para sustituir al Apollo. Bautizado con el nombre Logus, se comercializaba en variantes hatchback con cinco puertas y coupé con dos accesos laterales.
Para su desarrollo Volkswagen contó con la ayuda del estudio Ghia en Italia, si bien es justo reconocer que los cambios no fueron especialmente grandes en relación al producto original. Se fabricó junto al Ford Escort en la planta brasileña de Sao Bernardo do Campo con motores de gasolina de 1,6 litros, 1,8 y un potente dos litros que llegaría algo más tarde.
¿Y Volkswagen que aportó a Ford? Pues principalmente una gama de berlinas medias que por aquel entonces era un segmento con mucha demanda. De los conocidos en Europa como Santana y Passat Variant (denominados allí Santana/Carat y Quantum) salieron al mercado los Ford Galaxy/Versailles y Royale, dos propuestas interesantes por su espacio habitáculo y buena capacidad de maletero que quedaban situadas por precio en un escalón inferior al Sierra importado desde Europa.
N. de la R; fuente Autonoción.com
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