
El presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Pablo Cortese, presentó su renuncia este lunes tras un creciente conflicto institucional y comercial entre laboratorios veterinarios por la importación de vacunas contra la fiebre aftosa.
Fuentes cercanas al funcionario confirmaron que su salida se debió a «razones personales», pero señalaron que estaba «cansado» de las presiones internas. Cortese, de perfil técnico, había asumido con la gestión de Javier Milei y llevaba más de tres décadas en el organismo, informó el medio La Nación.
Durante su gestión, Cortese enfrentó un fuerte desgaste político por la flexibilización del sistema de aprobación de productos sanitarios importados, en el marco de un proceso de desregulación impulsado por el gobierno nacional.
Este cambio generó un fuerte rechazo en la industria local, particularmente por la autorización del ingreso de 8.300 dosis de la vacuna «Ourovac aftosa Biv», del laboratorio brasileño Ourofino, importadas por Tecnovax.
A mediados de julio, el laboratorio Biogénesis Bagó envió una carta documento a Cortese y una intimación al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, exigiendo explicaciones por la aprobación del ingreso del lote de vacunas, que según denunciaron, habría violado los marcos legales vigentes.
Desde la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove), alertaron que la medida beneficiaba a algunos empresarios en detrimento del resto del sector, que emplea a más de 8.000 personas y exporta por más de 100 millones de dólares al año.
«La carta es totalmente improcedente porque hace a cosas que no pasaron. Se les va a responder, pero eso nunca ingresó al país», había declarado Cortese días atrás en una entrevista con el medio Bichos de Campo. Pese a sus intentos de diálogo con Caprove, reconoció que había tensiones difíciles de resolver: «Hay cuestiones que son técnicas».
La desregulación se oficializó con las resoluciones 11/2025, 333/2025 y 338/2025, que autorizaron el ingreso al país de productos veterinarios con registro en países considerados equivalentes, sin pasar por el proceso habitual de evaluación local. Estas medidas contaron con el respaldo del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
Cortese, ingeniero agrónomo y docente universitario, ingresó al Senasa en 1992. Comenzó como monitoreador de frutas cítricas y llegó a ocupar puestos clave como director nacional de Operaciones y de Información Estratégica Fitosanitaria.
A su vez, el organismo que hasta ahora tenía a su cargo había quedado en medio de la polémica en la Patagonia por la discusión en torno a la flexibilización o no de la barrera sanitaria para el ingreso de carne con hueso proveniente del norte del Río Colorado.
Esa decisión, que tuvo varias postergaciones y una implementación parcial, fue motivo de rechazo por parte de varias entidades rurales y ganaderas, que alertaron sobre todo por el riesgo que implicaba este cambio para el estatus sanitario de la región.
N. de la R; Diario La Nación.



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