La resurreción del TC en los 80 – Por Luis Orlando Sánchez

Tiempo de intensos movimientos y cambios en el reino de los carreteros,  en los albores de la década del 80. 1982 y 1983 resultó una época donde se estableció una verdadera resurrección del Turismo Carretera y uno de los hechos puntuales fue la renovada lucha entre Ford y Chevrolet y el desembarco de una embajada copiosa de Dodge presentando batalla.

Esto,  no hizo otra cosa que reavivar el interés del público, quien se volcó masivamente hacia los circuitos y a la ruta, ese lugar emblemático con gran marco de público que decoraba los espectáculos de la folklórica categoría.

Tres,  de las cuatro marcas podían ganar en cualquier carrera y escenario, aunque justo es destacar la entrega y perseverancia de Ricardo de Arzave con el Torino de la Autopeña Ciudad de Azul, que motorizaba Omar Rangone, enhebrando parciales, algunas series y peleando varias definiciones en los sitiales de avanzada.

Actores de calificado nivel, como Jorge Martínez Boero, Emilio Satriano, el «Pincho» Castellano, Oscar Aventín, Roberto Mouras y Jhonny De Benedictis se llevaron las finales del año. El campeonato llegaba a una vibrante definición entre el abanderado del óvalo, Martínez Boero, el «Puma» Aventín y Satriano, tres pilotos bonaerenses de distintos lugares, San Carlos de Bolívar, Morón y Chivilcoy  con marcas diferentes, Ford, Dodge y Chevrolet.

Finalmente Jorge Martínez Boero se quedaba con la corona, aplicando la ley 18.188 de ese entonces, del 100 le quedaba el 1 en la puerta al Falcon del Quilmes Automóvil Club.

Atractiva movida del Turismo Carretera, que abría amplias expectativas para el año siguiente,  reapareciendo el «Flaco» Traverso, con un Falcon alistado por el «Polaco» José Miguel Herceg, haciendo equipo con «Tony» y Oscar Aventin, que dejaban la marca de sus inicios.

Los grandes protagonistas del año anterior, veían que se sumaban nuevos gladiadores y las grillas se iban poblando de nuevos pilotos. Algunos que prometían, se fueron diluyendo en el tiempo por motivos económicos la mayor parte de ellos, pero muchos lograron afianzarse hasta llegar a posicionarse en sitiales de privilegio e inclusive, seguir siendo actores a mediados de los 90.

Por ello, vimos a buenos ejecutantes, Mariano Alberto Calamante, Eduardo Martínez de Olavarría, Eduardo Antonio Marcos, Fernando Herraiz, Roberto Caparello, el piguense Oscar Alaux, Hugo Mazzacane, Osvaldo Villaverde, Edgardo Caparros hijo del recordado Raimundo, Jorge Oyhanart, Vicente «Tano» Pernía, Juan Manuel Landa, Gustavo Brescia, «Tolo» Doumic, Gustavo Degliantoni y José Luis Paolucci.

El campeonato avanzaba sobre las instancias finales del 83, que parecía inclinarse para el lado de Mouras, que tuvo algunos encontronazos fuertes con Oscar Castellano en Bahía Blanca y La Plata, y en otro orden se producía la desvinculación de Traverso de la huestes del «Polaco» Herceg.

El ejercicio parecía apuntar a Carlos Casares, aunque

Martínez Boero sin ganar, volvía a tener posibilidades para el bicampeonato, claro que para eso, debía vencer en el Gran Premio que se efectivizaba en la provincia de La Pampa, organizado por el Club Social y Deportivo Winifreda.

Una cita impresionante sobre dos etapas de 1.170 kilómetros, con una definición memorable de Roberto Mouras sobre el Gaucho Boero, por solo 1m 42 segundos. De esta manera, el hombre nacido en Moctezuma, conseguía con un Dodge, el ansiado título que tantas veces se le había negado con Chevrolet.

Martínez Boero, caía con todos los honores y Traverso, se retiraba nuevamente de la categoría buscando nuevos horizontes en el TC 2000 con una coupé Ford Taunus de Carlos Akel.

 

N. de la R; Por Luis Orlando Sánchez / vertigomotorsport.com

Foto – Roberto Mouras en el GP de La Pampa de 1983, lograba su primer campeonato con la marca Dodge.

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