“Estuve 5 días con síntomas pero no sé si tuve Coronavirus”

Simón Mezquiriz es un joven de nuestra ciudad que desde hace más de 4 años está en España, puntualmente en Barcelona. Hijo de “Monono”, como no podía ser de otra manera, trabaja ligado a la computación desde su casa en un departamento céntrico en tierras donde brilla Leo Messi. Tuvo síntomas de Coronavirus pero no supo si tuvo la enfermedad dado que por su juventud y porque su cuerpo sorteó lo que sentía con cierta facilidad además de no haber estado en Italia como en Asia, es que simplemente se quedó en su departamento.

En un lindo diálogo con Ayacuchoaldia.com.ar nos cuenta sobre su momento en uno de los lugares más golpeados por el Coronavirus.

Contanos de vos Simón…

Me fui en el 2009 a estudiar a La Plata y estuve allí 6 años y de ahí me vine a Barcelona. Hace 4 años y medio que estoy acá. Acá me dedico a la edición de videos y animación digital para publicidad y redes sociales sobre todo.

¿Cómo es la realidad hoy en Barcelona?

Estamos hace dos semanas en confinamiento total. Solo se puede salir para comprar comida o para trasladarse a ayudar a alguien quien lo requiera de máxima urgencia como también a comprar medicamentos. Como lo pueden ver ustedes en la tele con lo que llega desde acá, las calles están desoladas y la gente en sus casas. El tránsito que se ve es muy poco. Yo me subo a la terraza del edificio y justo pasa el tren debajo de mi casa y veo que pasa con 2 o 3 personas y nada más, donde me imagino es gente que va a trabajar. Como sucede en Argentina, hay multas severas a quienes circulen sin permiso o lo hace sin argumento.

España es uno de los lugares más complejos. Sentís el temor entre tus conocidos allá?¿Cómo es un día de ustedes hoy?

Sí, España es el segundo país más complicado tras Italia. Yo, realmente, no siento temor, pero pasa en mi ambiente que es de gente joven, que tiene entre 25 a 35 años. Sí siento un sentido de responsabilidad muy grande y prácticamente no hay gente en contra de las medidas de cuarentena.

Un día nuestro acá es con actividades porque mi trabajo me permite hacer el “Home Office”, que es el trabajo desde casa. Me levanto temprano, trabajo, con la misma jornada laboral que se hace en la oficina pero desde acá; y después, una vez que termina el trabajo es intentar matar el tiempo como sea. En mi caso, mucho entrenamiento físico porque me hace bien no solo al físico sino a lo mental. Dado que vivo en un departamento muy chico, para pasar el confinamiento de la mejor manera, es que viene bien relajar la cabeza. Aprovecho todo este tiempo de estar encerrado hago cosas que en otro momento hubiera sido imposible.

¿Qué recuerdos o afectos guardan en nuestra ciudad?

Muchos, lo que más extraño de Ayacucho es la tranquilidad del día a día. Es algo que me di cuenta cuando me fui. Creo que una posibilidad que nos está dando la pandemia esta es poder ver desde otra perspectiva el paso del tiempo y entender como el tiempo termina siendo relativo. Un Domingo a las 10 am encerrado en cuarentena da la sensación que el tiempo está congelado. Eso es algo que se sienten en las generalidades de los pueblos, como el tiempo transcurre de una manera muy diferente.

¿Qué hablás con tu familia de acá, qué te dicen más allá de que te cuides?

Lo que hablo es intentar contarles la experiencia que estoy pasando acá que por una cuestión geográfica y de globalización pasó primero. También intenté aconsejar un poco de cómo se afrontaron las cosas acá. Antes que hubiera un solo contagiado en Argentina, ya me imaginaba lo que podría llegar a pasar allá y de la manera en la que se iba a desparramar en todo el mundo. Ya venía estudiando el caso desde que apareció el virus en Wuhan. Yo les decía lo que iban a sentir cuando las autoridades tras sus anuncios, la gente saliera de sus casas a los supermercados a buscar un último rollo de papel higiénico. Es una situación fea que se ha dado. Acá lo vivimos y por eso aconsejé a mi familia de que se abastecieran a lo que podría llegar a venir.

El hecho de que afecte más a los adultos mayores o en riesgo, ¿te hace estar tranquilo o el temor está latente aún siendo joven?

Es un virus que puede causar la muerte y todos le tememos a la muerte. En ese sentido te causa un miedo. Y los medios también están haciendo una labor constante de mostrar las cifras en el minuto a minuto, de los miles de contagiados y que el mundo habla de eso. No sé si se está haciendo bien o mal porque es imposible de generalizar, pero el hecho de que esté en boca de todos, hace que se genere una especie de paranoia colectiva y que un poco de miedo da, aunque uno sea joven. Es un virus que muta continuamente y no hay un conocimiento completo. No te podés fiar más allá de la estadística que afecta en gran parte a los mayores. Sí hay una precaución muy grande en todo y si detrás de eso hay un miedo, probablemente sí lo tenga. Me pasó que durante la Pandemia estuve 5 días con síntomas muy parecidos, fiebre, tos seca, sin mocos. No me hicieron el test porque no había viajado a Italia como a Asia que era en ese momento donde más infectados había, pero creo que la mayoría de la población terminarán pasando por este virus. También se siente un poco de miedo para con el otro porque con mis compañeros de trabajo tuvimos que ponernos firmes y explicarle a nuestro jefe que nos dejen hacer nuestro trabajo porque había gente que tenía familiares mayores y podía ser de riesgo, de seguir arrastrando a gente que pudiera tener complicaciones.

¿Cómo imaginás que será el día donde todo pase?

Creo que falta mucho para que “todo pase”. Creo que habrá etapas. Si «que todo pase es la cuarentena», sinceramente no creo que una vez que se pueda salir legalmente a la calle, todos salgamos como si nada e ir a un parque a darnos abrazo. Creo que será bastante restrictiva la vuelta a la normalidad, que se pondrá limitaciones para entrar a los bares, reuniones grandes y demás cuestiones. Creo que habrá un temor a que se vuelva a la curva del colapso del sistema sanitario.

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