Las motos y sus ruidos molestos. Un tema que las autoridades de Ayacucho no logran dar solución y la paciencia de la comunidad ya no tiene margen. Las madrugadas de las últimas jornadas han sido realmente caóticas, con motos acelerando hasta su corte de revoluciones, con contra explosiones que no solo afectan a quienes quieren descansar sino también a personas que algún tipo de patología auditiva o hasta los propios animales que no toleran este tipo de ruidos.
Es una constante que en jornadas agradables en lo climático aparezcan estos inadaptados de siempre, que a costa de perjudicar a su propio vecino, toman como hobbie modificar sus motocicletas a tal punto que se transforman en poderosas máquinas de estruendo.
El objetivo no es otro que molestar, que hacerse sentir, llamar la atención. Y claro que ocurre, y es allí donde las autoridades municipales debieran interceder porque está la mayor parte de la comunidad que se siente perturbada por estos individuos pero…no hay acción o si la hay es escasa.
Resulta utópico pensar que en las casas de cada uno de estos jóvenes se les pueda llegar a sugerir que detengan ese accionar; y por ende es absolutamente responsabilidad de las autoridades municipales el controlar este tipo de maniobras, con acciones que demuestren decisión y convicción de que se quiere erradicar el conflicto.
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