Hace 35 años, Satriano celebraba en las sierras – Por Luis O. Sánchez

Después del brindis de año nuevo y en la previa de la tradicional fiesta de Reyes, el campeonato 85 de los carreteros llegaba a su fin y se cumplía el Premio Coronación en el “Nürburgring argentino”, el domingo 5 de Enero de 1986.

Una propuesta extensa, diferente a las habituales, para rememorar aquellos inolvidables grandes premios, con dos series sobre ocho vueltas y final por sumatoria de tiempos.

La carrera, conformaba la 28va edición de la clásica Vuelta de Tandil, y colaboraban con la entidad organizadora, el Club Atlético Independiente de Lobería y Alumni de Benito Juárez, que habían establecido una alianza de trabajo luego del año 1983, cuando se disputó en el circuito serrano, la I Vuelta de Lobería.

La propuesta marcaba el capítulo final del año 1985 de los carreteros (16ta fecha), jornada de mucho calor en la comarca con 89 autos que el día sábado habían sellado y verificado sus máquinas (96 inscriptos), en las instalaciones de la firma Antueno y Lavayen S.A. en la Ruta 226 Km.166.
Más de 35 vehículos representaban a la zona sudeste y centro de la provincia de Buenos Aires, la mayoría de los actores provenientes del automovilismo zonal, de la federaciones, Mar y Sierras, Sudeste y de la región Centro.

En movimiento final del ejercicio, reaparecía luego de un paréntesis el local Julio Del Giorgio, con una cupe Chevy, Eduardo Finocchio, presentaba una Dodge alistada por su equipo en General Piran, el marplatense Roberto Juan Caparello lo hacía con un Chevrolet ex-Atauri-Espinosa, Carlos Giustozzi, utilizaba el Dodge que había administrado su vecino de Saladillo Elías M. Aversi, y el actual titular de la ACTC, Hugo Héctor Mazzacane, estrenaba un Dodge de su propiedad.

Primer desafío

La serie inicial tenía a Emilio Satriano y al “Pincho” Castellano como protagonistas determinantes, ambos pugnaban junto a Jhonny De Benedictis por alcanzar el subcampeonato, en virtud de estar definido el certamen en manos de Roberto Mouras, una fecha antes en Buenos Aires.

Un trámite sin especulaciones y a fondo, durante casi 260 kilómetros del primer parcial. Por más de nueve segundos el “Obispo” superaba al “crédito” de Lobería, tercero Roberto Mouras con la corona en el bolsillo, mientras Jhonny De Benedictis pretendía pelear hasta el final quedando cuarto en el parcial, y quinto Eduardo Marcos, otra auspiciosa entrega del piloto de Nicanor Olivera, con el Falcon motorizado por Rosendo Pedro.

El de Dolores y Tandil, Miguel Atauri, el “Vasco” Oyhanart, Osvaldo Morresi, René Ducret y “Pupi” Angeletti, completaban la plantilla de los diez, en la primera etapa del Coronación.

Monopolio del “Obispo”

Luego del monitoreo, repaso de los autos y un recreo para los gladiadores, se ponían en marcha los ocho episodios complementarios del GP, con otras alternativas, aunque adelante finalizarían los mismos contendientes del “tramo” inicial.
Otros 259 kilómetros, donde De Benedictis y Mouras pusieron el resto en la primera parte de la etapa final, pero pagaron alto precio al ímpetu y sangre caliente, después de mitad del combate.

El de Necochea debía ingresar a boxes a cambiar un neumático y el campeón se deslizaba más de la cuenta en la zona de la “viborita” y se pegaba contra el guardarrail, sin consecuencias.

En territorio de avanzada, Castellano marchaba adelante y parecía que lograba su propósito, pero en los últimos kilómetros Satriano exprimió al máximo el “moño chivilcoyano” y llegó adelante de su rival por algo más de un segundo. Era tercero Oscar Angeletti, cuarto Eduardo Marcos y quinto el “Pato” Morresi.

Por suma de tiempos (518 kilómetros), el “Obispo” de Chivilcoy, alcanzaba su primera y única victoria en las sierras, con la Chevy motorizada por Pablo Satriano. Segundo en el resumen final Oscar Castellano, con el Dodge alistado en el “bunker” de la calle Alem en Lobería, y tercero en destacada entrega Eduardo Antonio Marcos. Completaron los top five, Oscar Mario Angeletti y Osvaldo Morresi.

En orden de méritos, luego de transitar los 16 capítulos, Jorge Oyhanart, Carlos Saiz, Jhonny De Benedictis, Diego Vassolo y Gustavo Degliantoni.
Luego quedaban en los cómputos definitorios, José Edgardo Malisia, el “Vasco” Altuna, Juan Carlos Nesprias, Julio Kraydeberg de Saladillo, y el representante de Nicanor Olivera (La Dulce), Manuel A. Carelli.

Satriano inscribía su nombre en una carrera clásica y legendaria de los deportes mecánicos. Casi cinco años más adelante, el 16 de diciembre de 1990, el ídolo de Chevrolet alcanzaría el tributo máximo de la folklórica categoría, también en el cautivante reducto de las sierras.

 

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