Una noche durísima para el Acuerdo Cambiemos

Momentos que nadie pensó hace solo unos 4 días se vivieron en el Comité de la Unión Cívica Radical, desde que empezaron a llegar los primeros resultados de las mesas hasta el momento donde la emoción, el dolor, las lágrimas, y los abrazos interminables se apoderaron de la noche en el Mariano Moreno.

La ausencia aún inexplicable de Fabián Puchulu tras un hecho que conmovió a toda la comunidad que no encuentra respuesta, era el contrapunto a lo que arrojaban las urnas. Un resultado abultado, mayor al quizás se esperaba, incluso depositando 5 concejales de los 7 que se renovaban, hubieran desatado una verdadera fiesta si la tristeza que tenía cada uno de los allí presente no los rebalsara.

Y no era para menos, uno de los referentes del radicalismo joven, 1º candidato en la lista, siempre dispuesto, siempre fuerte, siempre activo los había sorprendido con una decisión que sólo él supo el por qué apenas 4 días antes. Y el Acuerdo tuvo que afrontar con su mejor cara una elección muy dura desde lo emocional.

Con los resultados arriba de la mesa, con un triunfo amplio confirmado, la flamante Consejera Escolar que renovó bancada, Marisa Torres, fue la primera en hablar y la emoción la llevó a solo poder decir unas pocas palabras hasta quebrarse. Detrás suyo llegó Cintia Giardini, quien ahora encabezaba la lista y con un discurso entre cortado pero mostrando sus fuerzas, habló del concejo que viene pero siempre apoyada en la referencia de su compañero de lista.

Por último, llegó el momento de Pablo Zubiaurre. Ya desde antemano había señalado a Ayacuchoaldia.com.ar que “no sé cómo haré para hablar en público”. Y la verdad que mucho le costó dirigirse a su gente, con lágrimas, con un par de interrupciones como consecuencia del “nudo en la garganta” logró decir algo de seguramente lo mucho que pensaba.

Pero no la noche no cerraba allí. Tras un video recordando a Fabián Puchulu, la sala se soldó en un aplauso infinito cuando por la puerta principal del Mariano Moreno ingresó la esposa del abogado, Josefina Martiarena junto a sus pequeños hijos terminando por quebrar a todos de emoción.

Fue un festejo extraño, bañado de dolor, de preguntas sin respuesta. Fue una noche muy rara, fue una noche real para los que soñaron la contundencia en las urnas, y fue una noche real de una pesadilla impensada para la familia radical.