Repercusiones de la eliminación del fútbol femenino – Por María Víctoria Volantín

El equipo de fútbol femenino del club ayacuchense disputaba la revancha por los cuartos de final de la Liga del Este  ante Villa del Parque de Necochea; pero debido a la irresponsabilidad del titular del Torneo en su ciudad, Roberto González, el plantel paseó por la ciudad costera y llegó tarde al partido. Además, tuvieron que soportar ataques verbales y amenazas del conjunto local, los árbitros y la policía.

 

Por María Victoria Volantín

Al parecer, la falta de fair play y las más que reprochables actuaciones de los jueces no sólo se ven en los partidos del fútbol grande masculino de la Argentina, sino que se extienden por toda la geografía nacional y también cuando las protagonistas son mujeres.

 

 En esta oportunidad, el afectado fue el Club Atlético Sarmiento de la ciudad de Ayacucho –el conjunto femenino sensación del Torneo regional- cuando se disponía a jugar el desquite por los cuartos de final de la Liga del Este. Su rival de turno, Villa del Parque de Necochea, finalmente se quedó con los tres puntos, el pase a la semifinal y el sueño de todo un plantel y cuerpo técnico que llegaba invicto a la ciudad balnearia, ya que en el partido de ida en Ayacucho, “El Rojinegro” se impuso por 2-1 con goles de Carolina Ponce y Betiana Arrayago.

 

Sin embargo, el escollo no fue sólo futbolístico, sino que también lidió con la inoperancia del presidente de la Liga en Ayacucho, Roberto González, las provocaciones constantes, insultos y amenazas del combinado local dirigido tácticamente por Claudio Varela, y hasta incluso la violencia del personal policial a cargo de custodiar el evento. Así, la tarde del domingo se presentó más que difícil para el conjunto dirigido por Mariano Enfadaque desde que puso un pie en la ciudad bonaerense.

 

Como ocurre en cada competencia oficial o no, sea cual sea la disciplina: fútbol, básquet, hockey, tenis, gimnasia artística, críquet y hasta un duelo a las bolitas en el patio de una escuela, todo está programado con anticipación. En base a un reglamento se determinan los participantes, el escenario de cada partido, quiénes impondrán la ley en cada uno, así como también  se establece el día y la hora en que se verán las caras los rivales. Información relevante que ahora, en la era de las comunicaciones, se transmite vía e-mail a cada representante del certamen, de cada ciudad. Sin embargo, todo atisbo de organización desapareció en la previa del partido entre Sarmiento y Villa del Parque, programado para las 16 del pasado domingo.

 

Por consiguiente, el combinado femenino del club “Rojinegro” arribó a Necochea cerca de las 14.40, con la información previa brindada por González de que el duelo se disputaría en las instalaciones que el rival posee en la localidad. Pero al llegar allí, con el tiempo suficiente para la puesta a punto de sus jugadoras, hallaron el predio cerrado. Frente a este panorama, el DT se comunicó vía telefónica con el representante de la Liga por el lado de Ayacucho, quien sin haber corroborado la dirección correcta –la cual figuraba en el correo electrónico oficial que abrió tiempo después de esta definición ante el insistente reclamo de las jugadoras- les pasó la dirección de otro predio deportivo, conocido como “la cancha del Ministerio”, que también se encontraba cerrado.  Vale aclarar que ambos establecimientos se encuentran separados por casi todo el casco urbano de la ciudad costera. Para entonces, las futbolistas seguían en sus asientos de la combi que las trasladaba.

 

Una nueva comunicación telefónica entre el técnico “rojinegro” y el titular ayacuchense de la Liga -que seguía ignorando el documento oficial- en la que le solicitó el número del titular de Necochea, Carlos Domínguez, para corroborar de primera mano dónde se jugaría el partido, terminó por disolverse en promesas sin obtener el dato exigido. Por fortuna para las turistas ocasionales, un miembro de la organización local los encontró perdidos por la ciudad y les indicó el camino para llegar al predio de “Estación Quequén” donde los esperaban, ubicado justamente en Quequén y no en Necochea. Por lo tanto, la delegación tuvo que retroceder sobre sus pasos, salir de la ciudad balnearia por la misma vía a través de la cual habían ingresado cuando el reloj marcaba las 14.40, para presentarse a jugar en lugar señalado.

 

En definitiva, el conjunto de Ayacucho llegó minutos antes de las 16, hora establecida para que el árbitro local, Miguel Amuchástegui, diera el pitazo inicial.

 

El partido

Sin realizar la habitual entrada en calor y bajo las constantes burlas y provocaciones del conjunto local comandado por Claudio Varela, sumadas a las intimidaciones de la terna arbitral conformada por  Amuchástegui, Leonardo Benavidez (1°  línea) y Cristian Pirosanto (2° línea); Sarmiento salió al campo de juego nervioso aunque no menos dispuesto a superar cualquier obstáculo deportivo y de los otros, que fueron los que abundaron: fallos localistas, tres claros penales no cobrados en favor del equipo visitantes por manos dentro del área, la expulsión del entrenador Enfadaque por reclamar dichas faltas y la posterior incitación a la violencia del línea Benavídez una vez que el DT se ubicó en las tribunas; más la hostilidad hacia las jugadoras y el resto del cuerpo técnico.

 

En cuanto a lo netamente futbolístico, el pleito finalizó 1-0 para Villa del Parque, lo que derivó en una definición por penales, instancia en la que tampoco el azar acompañó a Sarmiento. El equipo cayó 4-3 y quedó eliminado de la competencia.

 

Una irregularidad más y van…

Tras las idas y vueltas del plantel “Rojinegro” por toda Necochea hasta terminar en Quequén, donde tuvo lugar el partido revancha por los cuartos de final de la Liga del Este, la definición comenzó sin presencia policial ni de ambulancia en el predio, una disposición obligatoria que el conjunto local no debe dejar pasar. Tal como ocurre en cada fecha del Torneo de Transición de Primera División, ambos servicios deben permanecer en el lugar antes, durante y después del juego.  Sin embargo, el juez Miguel Amuchástegui sostuvo que “acá no es obligatorio que haya policía y ambulancia”, pero ante la insistencia de la delegación visitante, tales prestaciones aparecieron al inicio del segundo tiempo.

 

Más allá de la animosidad en el trato que recibieron en la tarde del pasado domingo 12, las chicas de Ayacucho ya habían atravesado situaciones parecidas el miércoles anterior cuando se disputó la ida en la ciudad cabecera de partido. Incluso, esperaban que hubiera un cierto favoritismo hacia el conjunto de Necochea manifestado por la terna arbitral (oficial y designada con anticipación como parte de la organización de la Liga), ya que una jugadora de Villa del Parque les habría advertido que “allá las matamos porque el árbitro es mi pariente”.

 

No hubo que lamentar heridos

Una vez finalizado el encuentro, jugadoras y cuerpo técnico de Sarmiento padecieron más ataques verbales e intimidaciones, a la salida del vestuario y de camino hacia la camioneta que las trasladó de parte de las futbolistas locales dirigidas por Claudio Varela, quien también participó de las acciones.

 

Fue entonces que, ya harto de la violencia desmedida y al ver que la situación no cesaba ni aún cuando se alistaban para emprender el regreso a Ayacucho, el ayudante del técnico “Rojinegro”, “Pilin” Acosta, se bajó del vehículo en pos de defender a sus dirigidas y la policía local respondió disparando balas de goma al aire con el objetivo de disuadir al hombre. Inmediatamente después, la tráfic salió del predio.

 

De esta manera, Villa del Parque de Necochea, los jueces, la policía, y la irresponsabilidad del dirigente González, acabaron con la ilusión del primer equipo de Fútbol Femenino en la historia del mítico Club Atlético Sarmiento de Ayacucho, que debutaba en un torneo de tales características. Un combinado en formación que supo ser “La Sorpresa” de la Liga del Este y que con humildad, sacrificio, trabajo en equipo y buen fútbol fue superando rivales llegando invicto a la definición de este domingo.

 

N. de la R: Por María Víctoria Volantín, periodista ayacuchense.

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