Más allá de quien administre el complejo tienen intención de invertir en cambios. Reconocen que los clientes están pidiendo nuevos servicios y que además de mirar al mar deben atender la integración con el barrio.
El municipio pide el traspaso y hacerse cargo del conjunto de balnearios y paseos de Punta Mogotes. La provincia, al frente de la administración del complejo, avanza con la mira puesta en los contratos que se vencen y la licitación que vendrá en poco menos de dos años. Y los actuales concesionarios, más allá de la disputa política, trabajan en lo que consideran un necesario “aggiornamiento” de la infraestructura y servicios que allí brindan a sus clientes.
Sorprendidos por la novedad lanzada por el intendente Guillemo Montenegro el pasado jueves, cuando en conferencia de prensa aseguró que tienen decidido pagar una deuda con el Banco Provincia y así abrir camino para que la comuna sea quien defina los destinos de esa unidad, coinciden en que algo hay que hacer y que un cambio debe llegar a la brevedad.
“Todos queremos invertir porque hace tiempo sabemos que la gente está pidiendo algo distinto”, aseguró el responsable de una de las 24 unidades fiscales que tuvieron sus últimas grandes mejoras hace más de dos décadas, cuando se vio la transformación de paradores clásicos en literales clubes de playa que incorporaron piscinas, gimnasios y otros amenities.
Más de 15 años después, con una oferta actual de 7.500 unidades de sombra repartidas en casi tres kilómetros de frente de playa, se unieron en la necesidad de cambio y requirieron un proyecto para cambiar la imagen del complejo no solo en términos de prestaciones sino con eje en la integración con el barrio, que crece y toma vida de 12 meses al año.
Esas ideas, solicitadas al Estudio Alberola y Asociados y presentado en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, contempla un corredor de edificios más bajos en las unidades de servicios de los balnearios, fuerte presencia de espacios verdes, ramblas de fácil circulación en todo el circuito y hacia y desde la playa, y una mayor cercanía con el frente urbano de Punta Mogotes. “Siempre hemos mirado al mar, ahora tenemos que mirar también hacia el frente urbano”, comentó otro concesionario histórico del lugar.
El proyecto, que es previo a otro máster plan que la actual Administración de Punta Mogotes tiene en marcha y avanzado, reconoce en el complejo de Punta Mogotes “un potencial enorme en términos recreativos y comerciales” pero afectado por “una ausencia por parte del Estado en políticas que direccionen el desarrollo de un espacio público de calidad”.
Insisten en que el corredor de Punta Mogotes es “un espacio público de calidad” y que debe buscar “un quiebre en la estacionalidad del sector, fortaleciéndolo en los momentos del año donde actualmente hay poca actividad fuera de la época estival”.
La propuesta de los concesionarios contempla un gran espacio urbano lineal que se transformará en una nueva área verde y de esparcimiento. “Un programa integral potenciando nuevos sitios en donde los vecinos podrán disfrutar de su tiempo al aire libre a lo largo del año”.
Presentan un nuevo lugar de encuentro organizado a partir de cinco accesos públicos bien identificados que se desarrollan en unos 9.941 m2 de caminos peatonales con características de paseo. “Estos corredores conectarán de forma fehaciente la trama de la ciudad, desde Av. de los trabajadores, con las playas”.
Propone además una “Rambla de Punta Mogotes” que comunique la Reserva del Puerto con el extremo de Waikiki en la que se dispondrían miradores, gastronomía y accesos públicos a las playas. Se la describe emplazada a lo largo de los balnearios, elevada sobre en el primer nivel de las unidades funcionales, y desde allí con la altura y condiciones para disfrutar del horizonte y el mar.
En planta baja contempla una superficie para nuevos programas y servicios en los balnearios. “Pensamos en menos carpas, en ofertas temáticas, incluso hasta se podría prescindir del servicio de duchas”, reconoció uno de los concesionarios al contemplar que la reconversión de la edificación requeriría, entre otros cambios, la eliminación de las cisternas que se encuentra en altura.
N. de la R; fuente Ahora Mar del Plata.
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