Luciano, de 18 años perdió la audición a los 14 tras un choque en una moto. Gracias a un implante coclear que realizaron los médicos del Hospital Garrahan hace cuatro meses, puede escuchar de nuevo.
Luciano quedó sordo en un accidente cuando tenía 14 años. Pero volvió a escuchar gracias a un implante coclear que realizaron los médicos del Hospital Garrahan.
Estuvo tres años sin oír y llegó a pensar que nunca iba a volver a hacerlo. Hoy tiene 18 años y hace cuatro meses que puede escuchar de nuevo.
-¿Me escuchás?
-Sí, mamá.
Este diálogo podría ser una conversación común entre una madre y su hijo adolescente. Pero son las primeras palabras que Luciano -18 años- escuchó el 14 de noviembre del año pasado, el día en que el equipo de Otorrinolaringología del Hospital Garrahan activó el implante coclear derecho que le permitió volver a escuchar tras tres años de sordera completa.
«Primero escuché unos ruiditos, se hacían cada vez más fuertes, y después a mi mamá preguntándome si la escuchaba y sí, la escuchaba», cuenta tímidamente Luciano, un adolescente cuya vida cambió una noche de mayo de 2014 cuando la moto en la que viajaba junto a su amigo chocó contra una camioneta. Tenía 14 años y se había quedado sordo.
Tras una internación de 22 días en el Hospital Lucio Meléndez de Adrogué, Nilda Sosa -mamá de Luciano- se tomó un colectivo y llegó con su hijo al Hospital Garrahan. Tenían esperanza. «Acá nos dijeron que podía hacerse un implante coclear y la verdad que no sabíamos ni siquiera qué era eso», cuenta Nilda y explica que «nos dijeron que no iba a escuchar nunca más como antes, sino en 40 o 60 por ciento». Y eso ya era muchísimo para ellos.
La cirugía para realizar el implante coclear en el oído derecho de Luciano se llevó a cabo el 17 de octubre del año pasado en el Hospital Garrahan. La otorrinolaringóloga ayacuchense Emilia González Macchi explicó que «el caso de Luciano fue muy especial para nosotros, ya que se trataba de un adolescente postlingual que de pronto dejo de escuchar por completo. En este caso podemos ver la evolución en alguien que vivió la situación de oír y luego volvió a hacerlo a través de un implante coclear; esto nos muestra lo importante que es poder realizar los implantes y cómo cambia la calidad de vida de nuestros pacientes».
Y hace 4 meses, el 14 de noviembre pasado, llegó finalmente el día de la activación del implante: La primera vez que volvió a escuchar casi 4 años después del accidente. Ahora Luciano tiene que seguir adaptándose a este implante y para hacerlo va una escuela de educación especial por la mañana y a una escuela común, pero con maestra integradora por la tarde. Además realiza controles periódicos en el Garrahan y rehabilitación una vez por semana con una fonoaudióloga en Almirante Brown, donde vive junto a su mamá y su hermana Lucía.
Luciano y su familia están muy contentos con los resultados de la operación
¿Qué es lo que más disfrutó de volver a escuchar? Conocer la voz de su sobrino Taiel, que nació cuando él estaba sordo, escuchar a su mamá, y juntarse a la noche con sus amigos, poder charlar con ellos. «Es todo nuevo. Porque fue mucho tiempo que estuve sordo. Me da vergüenza. Lo uso todo el día en mi casa, pero me lo saco para ir comprar. Pero es lindo, estoy contento», dice este adolescente que vivió años muy difíciles y, finalmente, ahora está adaptándose a una vida nueva, en la que puede escuchar, otra vez.
El implante coclear
El implante coclear es un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo. Estas señales son procesadas mediante las diferentes partes que forman el implante coclear, algunas de las cuales se colocan en el interior del cráneo y otras en el exterior.
El Programa de Hipoacusias del Hospital realizó en 2017 29 implantes cocleares, uno de los cuales fue el caso de Luciano. «El implante coclear consiste en una cirugía de alto complejidad que permite escuchar a chicos con hipoacusia severa a profunda bilateral. Hay que recordar que, al ser una prótesis, no cura definitivamente la sordera», explica la jefa del servicio de Otorrinolaringología del Garrahan, Patricia Bernáldez.
La incidencia de la hipoacusia profunda, es decir sordera, es de aproximadamente 3 cada 1.000 nacidos vivos. En Argentina, la hipoacusia afecta a entre 700 y 2.100 niños al año.
La discapacidad auditiva constituye el 18% de las discapacidades en el país, la cual se reparte en un 86,6% de dificultad auditiva y un 13, 4% en sordera.
La hipoacusia se genera aproximadamente en un 50% por causas genéticas, un 30% por causas desconocidas, un 10% por casos de meningitis, y el resto por otras causas.
N. de la R; Fuente INFOBAE.