Algo cambió. Algo se modificó. Algo en los adultos que llegó a los chicos fue diferente y por lo tanto, cuando los grandes nos hacemos responsables, nos ocupamos, la situación varía. La demostración se dio en los casi nulos festejos de Halloween desarrollados en nuestra ciudad donde en mucho menor número que en años anteriores, los pequeños salieron a las calles con su “dulce o truco”. La Iglesia también jugó un rol fundamental en repeler esta cultura foránea que se nos había introducido.
El 31 de Octubre en los países del Hemisferio Norte se festeja la Noche de Brujas, y como Argentina es un estado más bien receptor de culturas, estas celebraciones se fueron ganando territorio a tal punto de tener más repercusiones Halloween que el 10 de Noviembre cuando aquí se festeja el Día de la Tradición.
Venimos de años en donde la Plaza San Martín sufría los embates de los chicos que con harina, huevos, y demás productos, jugaban una especie de “carnaval”, desnaturalizando lo que el festejo en sí tenía. Incluso, desde el Municipio lanzaron este 2014 una advertencia para con los adultos a fin de que controles a sus hijos para esta fecha.
Este Viernes 31 hicimos una recorrida y si bien nos encontramos con grupitos de chicos recorriendo las calles de sus vecindarios, disfrazados, nada tuvo en relación a años anteriores donde se llegó a desbandar y hasta con intervención de Policía, sobre todo en la zona de comercios donde los dueños de locales mostraron su enfado.
Indudablemente, cuando los adultos nos ponemos firmes, cuando nos ocupamos, cuando nos hacemos responsables, podemos. Si bien es algo menor, es una demostración que con decisión y firmeza el cambio puede producirse. Está bueno decir “no”, esta vez Halloween…no
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