El día de las Bibliotecas Populares se estableció con la sanción de la Ley 419 en el año 1870 y como homenaje a Mariano Moreno que había nacido el 23 de Setiembre de 1778.
Una de las primeras acciones que encaró Domingo F. Sarmiento siendo Presidente de la República, fue enviar al Congreso de la Nación el proyecto de ley de creación de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares. El 23 de setiembre de 1870 se promulgó la Ley Nº 419, destinada a promover la creación de estas asociaciones particulares en ciudades y localidades de todo el territorio de la República.
Siguiendo esta iniciativa, Don Manuel Vilardaga, por entonces Secretario del Consejo Escolar, funda en Ayacucho en el año 1891 una Biblioteca Escolar que funcionaba en el actual edificio de la Escuela nº 1. Ese mismo año, se la declara Biblioteca Pública y comienza a brindar sus servicios como tal. Con el correr del tiempo, en 1971, se municipaliza por decreto del Intendente Guillermo Schoolastra al disolverse su Comisión Directiva. Respondiendo a los requisitos de la CONABIP, pasa a ser Popular en 1996.
Las Bibliotecas Populares son organizaciones ideadas, creadas y mantenidas por voluntad y por iniciativa de los vecinos de un barrio o comunidad, dando así respuesta a una necesidad de la sociedad desde el momento de su gestación. La Biblioteca popular, por su idiosincrasia, actúa como agente promotor de transformación social, ya que ocupa un lugar destacado en la sociedad y además cuenta con las herramientas pertinentes para colaborar en la consecución de una sociedad más justa, más igualitaria, más inclusiva, más libre y en definitiva, mejorar la calidad de vida de las personas.
Las Bibliotecas Populares en Argentina han desempeñado desde sus inicios un papel importante en la conformación de la sociedad y continúan hoy día asumiendo retos como: apoyar la integración social y la participación ciudadana, promover la acción cultural, posibilitar el aprendizaje permanente, colaborar en el sustento de las familias, trabajar por una democracia real y por la defensa de los derechos humanos, contribuyen así a superar la “brecha social” para poder ir “cerrando” la brecha digital.
El rol del bibliotecario ya no es solamente el de un facilitador de la información. Debemos redefinirlo teniendo en cuenta su capacidad de adaptación a las necesidades de los usuarios y también en su sistema de organización basado en la autogestión. Es necesario que la Biblioteca se constituya en un centro desde el cual se desarrollen otro tipo de políticas culturales, que abran sus puertas…
Las Bibliotecas Populares desempeñan un importante rol social que trasciende el aspecto meramente bibliotecario, pues en tanto creadas por grupos de vecinos, generalmente se caracterizan por su servicio a la comunidad, su compromiso con las problemáticas locales y el trabajo a favor del desarrollo sostenible del barrio o la localidad. Al ser entidades pluralistas favorecen la construcción de ciudadanía, y en tanto testigos de la historia local estimulan la revalorización de la memoria y la identidad.
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