Con dos goles de Wanchope y uno de Obando, el Xeneize, clasificado a la semifinal de la Libertadores, le ganó 3-0 al Globo en La Bombonera. A Garro le cobraron un offside que terminó en gol y desató la polémica en el comienzo del partido.
Y por supuesto hoy no fue la excepción en el vació estadio «xeneize», donde el dueño de casa, ya con su establecido equipo de «cabotaje» igualmente fue muy superior a Huracán desde el minuto 1 hasta el 90.
Con crédito para chicos como Exequiel «Changuito» Zeballos y Alan Varela, en plena evolución a partir de los minutos que les da Miguel Ángel Russo, siempre rodeándolos de otros experimentados como el mencionado «Wanchope», el Julio Buffarini en modo despedida y el siempre sapiente Edwin Cardona, el recorrido por el certamen doméstico parece por ahora un «paseo de salud» para el conjunto boquense.
Y seguramente para observar una equiparación de fuerzas ambos tendrán que esperar hasta el próximo sábado, cuando se crucen en cancha de Independiente, en la que seguramente será la final anticipada para determinar cual de los dos será el ganador de esta Zona A de la Fase Campeón.
Pero en el mientras tanto cada uno cumple con lo que marca el calendario, aunque la cabeza está para ambos puesta totalmente en las semifinales de la Copa Libertadores que empezarán a jugar la primera semana de enero.
Y hoy Boca lo hizo atacando a Huracán a partir de la posesión de la pelota a través de la recuperación de sus medios y los ataques por los costados que dañaron permanentemente a la última línea huracanense.
Así llegó la apertura del marcador tras una buena gestión personal de Emmanuel Mas por izquierda, que continuó Cardona para habilitar la entrada franca y sin marcas que realizaba por el medio Ábila para definir de zurda, y con el arco vacío.
Allí se empezó a terminar literalmente el partido, algo que ocurrió 20 minutos más tarde con otra definición de Ábila, en este caso de derecha y con un tiro ajustado contra el palo izquierdo del arco defendido por el ex-Banfield, Facundo Cambeses.
El segundo tiempo, valga la analogía de los lugares comunes, estuvo de más, y ese fue un valor absoluto y no relativo, porque salvo algunos atisbos individuales del ex-Boca, Andrés Chávez, que inquietaron ligeramente al siempre seguro Agustín Rossi, no se observó ninguna posibilidad de que Huracán se acercara al descuento.
Y por eso el segundo período transcurrió entre múltiples cambios, el debut de Luis Vázquez en Boca y de Matías Forlano en Huracán, y el tercer tanto local para redondear una buena jornada de su equipo con un golazo de zurda del ingresado Agustín Obando (por un otra vez intrascendente Mauro Zárate), el, primer tanto con la camiseta auriazul en primera división en 30 partidos.
Así se consumió este partido que marcó, una vez más y aunque no hacía falta, la hegemonía de los dos semifinalistas de la Copa Libertadores en el plano local.
Una «perla», innecesaria, pero llamativa a la vez, fue la expulsión del técnico visitante Israel Damonte al finalizar el primer tiempo por insultar al árbitro Ariel Penel, que curiosamente dos jornadas atrás también le mostró la tarjeta roja por la misma razón a Luis Zubeldía, de Lanús, que lo había «acusado» de ser «hincha de Boca».
«Siempre el equipo necesita ganar más allá de que yo también, pero quiero mucho a Huracán y por eso no grité mis goles». confesó finalmente Ábila, la figura del partido y el artífice en la red de esa supremacía remarcada anteriormente, y que el «xeneize» ya había demostrado en la semana ante otro conjunto local como Racing, aunque haya sido por cuartos de final de la Libertadores.
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