Al dar por concluido el conflicto más largo de los últimos tres años, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció un acuerdo salarial con el Frente de Unidad Docente. Logró cerrar, así, seis meses de conflicto, que incluyeron 16 días de paro en la primera mitad del año. Ahora las clases comenzarán con normalidad luego del receso de invierno. Esta paritaria «no es el resultado de los paros. Se logró con los chicos en las aulas», dijo Vidal, mostrando como un éxito el acuerdo.
Según el cálculo oficial, la suba salarial acordada es del 21,5%, que se ajustará según la inflación, más un retroactivo del 2,5% por el año pasado, lo que suma 24 por ciento. En cambio, los gremios sostienen que el aumento, en el que incluyen bonos y adelantos extras, asciende al 27,4 por ciento.
El gobierno bonaerense desconoce esta cifra. Sostiene que el aumento es del 21% más la cláusula gatillo, similar al acuerdo que firmaron otros gremios estatales. Admitir una suba mayor implicaría entrar en conflicto con otros gremios y admitir una inflación superior a la del Banco Central.
El Gobierno no quiere más conflicto salarial antes de octubre. El cierre con los docentes llegó justo para desactivar el paro que ya estaba anunciado para el retorno a clase, los primeros días de agosto, quince días antes de las PASO.
El nuevo escenario lleva tranquilidad a los 280.000 docentes y los 4,5 millones de alumnos del territorio bonaerense. Las clases comenzarán, así, con normalidad tras el receso escolar de invierno, según declaró a LA NACION Roberto Baradel, titular del Suteba, uno de los gremios más fuertes de la provincia. «Las clases empiezan con normalidad. Se seguirá discutiendo en las comisiones técnicas convocadas por el Ministerio de Trabajo», dijo el sindicalista. Durante la primera semana del receso de invierno, el 30% de las escuelas que adhirieron a los paros deberá recuperar cinco días de clases. Los establecimientos que perdieron hasta diez días de clases las recuperarán en las fechas programadas para jornadas institucionales. Y en los casos en que resignaron más de diez días de clases tendrán que recuperarlos en la primera semana del receso, en las jornadas institucionales y con la extensión del ciclo lectivo, en diciembre. Los días de paro se descontarán.
La puja salarial comenzó en febrero. Los gremios exigían entonces un aumento del 35%. El Gobierno ofrecía el 17%. En trece reuniones y diez ofertas se evaluaron diversas alternativas: cerrar un acuerdo por tres años o bajar el ausentismo para subir el salario fueron los puntos más resistidos por los gremios. Los dos puntos salieron finalmente de la mesa de negociación. Los gremios bajaron sus expectativas salariales y resignaron el reclamo de una paritaria nacional. Y la administración Vidal consiguió fondos extras de la Casa Rosada y admitió que recortará partidas de obras públicas.
Pese a que los gremios hablaron de «aceptación crítica» de la propuesta, avalaron la última oferta que a su entender implica un incremento salarial «de bolsillo» del 27,4%; consolidación del salario «de bolsillo» 2017 en un 24% (2,5% de recuperación salarial 2016 y 21,5% para 2017 más cláusula gatillo sobre el 21,5%) más los anticipos cobrados en abril y mayo «a cuenta de futuros aumentos» y la incorporación de una suma por material didáctico, otorgada por Nación, de $ 1600 en dos cuotas de $ 800 a cobrar en agosto y octubre.
Desde la Federación de Educadores Bonaerenses, Mirta Petrocini consideró «muy importante romper con el intento de cerrar un acuerdo paritario por tres años, que en la práctica significaba terminar con la paritaria del sector, y que el presentismo no fuera una variable más del componente salarial».