El pasado jueves inauguró el Espacio Aúna, la galería de intercambios y encuentros artísticos

El pasado jueves inauguró el Espacio Aúna, la galería de intercambios y encuentros artísticos dentro de Cervecería La Popular (Poderoso 1430, Ayacucho). Se contó con la presencia de Eva Larocca, nuestra performer invitada, y los amigos de Rústica propusieron compartir un brindis.

En el espacio A.U.N.A. que hay en la popu exponen unos cuadros tramados con lana y algo mas que me despiertan un arrebato infantil de querer tocarlos.
Hay brillo y expresión en las miradas de los retratos, es un mundo al que solo puedo aportar las sensaciones que me genera lo que veo.
Color, un tamaño que apabulla un poco, rostros que te observan.
Pienso en las manos de Laura tramando con infinita paciencia cada hebra, cada detalle.
Algo mas se esta tramando mientras disfruto de encontrar personas hermosas que construyen desde «el amor al arte».
La veo rodeada de familia, amigos, colegas y también estoy yo como buscando un tiempo perdido, como volviendo a creer otro pueblo posible, arañando las migajas de un proceso que inevitablemente llego a su fin.
Eva deambula con su mirada de mujer psiquiátrica que me atemoriza, bella por donde la mires, enorme, plena…rara, con esa rareza que celebro cada vez que descubro a alguien que nació para romper el molde.
He acumulado algo que me oprime el pecho con el transcurrir del día, como me hubiese gustado ser Eva en mi juventud!!!! , camino aturdida por esto al salir de la muestra.
Necesito un abrazo, unos mates, necesito decir.
Corren tiempos oscuros para poder decir.
Tengo un puerto seguro donde voy a tomar unos mates y un poco la angustia se me pasa.
Quiero huir de tantas cosas, quiero despertar mañana y que algo haya sucedido mágicamente y no tener que ir nunca mas al sitio donde trabajo.
O que me gane el quini, que es la otra posibilidad de sobrevivir y la cabeza no me explote
Me hubiese gustado ser Eva en mi juventud.
Decir como Sabri.
Crear como Laura.
Pero por encima de todo quiero ser esta que se cuela en estos espacios con sentido de pertenencia, a sorprenderse, a descubrir que las buenas personas existen.
Y crean y trabajan.
Despertare mañana celebrando lo vivido, con la sensación maravillosa de oír el ruido que hacen estos espacios mientras algunos silencios comienzan a moldear sus mascaras simulando una sonrisa, una mueca, cualquier gesto que les sirva para continuar el entramado.
María Laura Fernández nació en Ayacucho y cursó el Profesorado de Artes Visuales en EMEAI donde se graduó, primero, con orientación en pintura y, luego, cerámica. Actualmente, es docente de artística en diferentes escuelas primarias y en el Profesorado de Artes Visuales.
Nos cuenta en relación a su obra, “Este proyecto nació en el 2017. Quería realizar una serie de cuadros con rostros grandes, de diferentes colores y tonalidades pero no quería que fuesen pinturas. Así, surgió la utilización de lanas que me permitió crear esta metodología que, para mí, es un juego de luces, sombras y tramas que se van generando al trabajar con este material. Seguramente, seguirán surgiendo ideas y nuevos desafíos”.

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