En uno de los stands destacados, se encuentran Oscar y Gustavo ex combatientes de Malvinas, con recuerdos, remeras, jarros, vasos y recuerdos de las Islas. En declaraciones a www.ayacuchoaldia.com.ar Oscar Ismael Poltronieri, quién visita nuevamente la ciudad como el año pasado, indicó “estamos ofreciendo algunos artículos para la gente y a su vez difundiendo una campaña de ayuda para los hermanos de Salta que sufrieron pérdidas por el temporal, mandando un semi del Ejercito con lo reunido en los próximos días”.
Cabe recordar que siendo todavía un recluta en fase de adiestramiento del Servicio Militar Obligatorio, Poltronieri combatió en la guerra de las Malvinas, donde su destacado accionar y sus actos de entrega y desinteresado heroísmo le valieron ser uno de los dos únicos soldados conscriptos argentinos (el otro fue Félix Ernesto Aguirre del BIM5, muerto en combate), en recibir el reconocimiento de la Cruz al Heroico Valor en Combate.
Por sus acciones de combate durante la batalla del cerro Dos Hermanas, en donde era operador de una ametralladora, desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo él solo, permitiendo el repliegue de todos sus compañeros a zonas seguras y aferrando al enemigo con su única boca de fuego, impidiéndole avanzar a todo el dispositivo ofensivo británico.
Poltronieri estuvo en combate en la Batalla del monte Dos Hermanas (Two Sisters) donde él solo cubrió la retirada del pelotón del subteniente Aldo Eugenio Franco con su ametralladora FN MAG luego de que los hombres de Franco habían cubierto el retroceso de los defensores del Dos Hermanas Norte. Voluntariamente, Oscar Poltronieri, se ofreció a quedarse a cubrir la retirada de sus camaradas negándose a las insistencias de ellos en retirarse con él.
Durante la Batalla de Monte Tumbledown Poltronieri guió al pelotón de ingenieros anfibios del teniente de corbeta Héctor Omar Miño en un contraataque contra los elementos avanzados de la Guardia Escocesa: Supuesto muerto en acción por su unidad, fue recibido con total sorpresa y algarabía cuando sus oficiales, suboficiales y soldados lo vieron regresar, dos días después, de lo que presumían era una muerte segura.