El adiós al Diez: Gratitud, amor y tristeza, en la despedida a Diego Maradona

Una procesión interminable para un momento que casi nadie acaba de digerir. Una multitud despide a Diego Maradona en Casa Rosada. Lo hace a paso lento, con incredulidad: «Gracias, Diego», «Vamos, Diego», «Te amo, Diego».

¿Cuántas formas posibles hay de decir gracias? Para los fanáticos que esperaron toda la noche en la Plaza de Mayo para poder despedir a su ídolo, miles. Diego Armando Maradona, que murió a los 60 años el miércoles, es velado en la Casa Rosada desde las seis de la mañana para que millones de argentinos puedan decirle adiós. El velorio con acceso al público se extenderá, en principio, hasta las 16.

«Gracias Diego», «Te amo, Diego», «Sos lo mejor que nos pasó», «No te vamos a olvidar, Diego», «Gracias por todas las alegrías». Las frases se repiten y los fanáticos pasan uno tras otro ingresando por la entrada principal de la Casa de Gobierno, atravesando la explanada e ingresando. Apenas un par de segundos frente al féretro sirven para demostrar el inmenso amor que sienten por Maradona.

Tras la despedida íntima de su familia y de un grupo cercano al astro, entre los que se encontraban futbolistas, ex jugadores y hasta el jefe de la barra brava de Boca, Rafael Di Zeo, comenzaron a ingresar a la Casa de Gobierno quienes quieren darle el último adiós al Diez.

Inmediatamente después de que se abrieron las puertas, se produjo un pequeño incidente con un grupo de personas que intentaron derribar las vallas de contención y se enfrentó a la Policía.

Una vez habilitado el velatorio, la transmisión en vivo de la ceremonia mostró el féretro en el que descansa Maradona envuelto en una camiseta argentina con el mítico número 10. Pero rápidamente se sumaron camisetas de Boca y otras de la selección, que algunos de los primeros en pasar a despedirlo arrojaron.

«Gracias Claudia, fuerza chicas. Claudia, no hay una mujer como vos. Te amo Diego», les dijo a Claudia Villafañe, Dalma y Gianinna Maradona con el puño apretado un hombre que vestía la camiseta que usó Maradona en su partido de despedida, le siguieron aplausos de los que caminaban detrás de él. Otro se sumó con un mensaje similar: «Vamos familia Maradona, fuerza» y con su mano derecha en el corazón, gritó: «Diego en nuestro corazón para siempre, para toda la vida».

Con camisetas de la Selección Argentina, de Boca Juniors, de River Plate, de Racing, de Barcelona, de Argentinos Juniors y del Nápoli, entre otros clubes, los colores parecen infinitos. Un hombre se frena frente al féretro, mira al techo, tira una flor blanca al centro del salón y grita: «Viva la Patria, viva Diego Armando Maradona».

Por momentos, los gestos son comparables con los del festejo de un gol. Hay quienes se persignan con el rosario apretado en su mano o juntan sus manos en señal de rezo, los que tiran un beso al cielo, los que se golpean el puño fuerte contra el pecho, los que hacen una alabanza frente al crack que los hizo amar el fútbol, los que agitan los brazos en el aire y hay quienes besan el escudo de su camiseta.

Los aplausos se repiten y también los cantos que desde el miércoles resuenan en las calles, los balcones y los hogares argentinos se replican en la Casa Rosada: «Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego».

Antes de habilitar el ingreso de la gente que hizo una larga vigilia de horas en los alrededores de la Rosada, familiares y amigos comenzaron a despedir al campeón del mundo en México ’86 en una ceremonia íntima.

El féretro de Maradona arribó a la Casa de Gobierno pasada la 1 de la madrugada. Claudia Villafañe y sus hijas, Gianinna y Dalma Maradona, habían llegado minutos antes. Verónica Ojeda, Dieguito Fernando y Jana Maradona son otros integrantes del círculo familiar que ya se encuentran en la Casa Rosada. Diego Jr. está en Italia, internado por coronavirus.

Después de acordarlo en su grupo de Whatsapp, los campeones de México 1986 desfilaron juntos en la entrada para despedir «al capitán», como lo definió Oscar Ruggeri el miércoles al mediodía, al enterarse del deceso.

Sergio Batista, Jorge Burruchaga, Ricardo Giusti, Oscar Garré y Carlos «Chino» Tapia formaron parte de esa fila. No faltó Víctor Galíndez, el histórico masajista de la Selección. Chiqui Tapia, presidente de la AFA, y Guillermo Coppola, ex representante de Maradona, también están en el lugar.

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