Un mural para recuperar la memoria haciendo nuestra historia

Este Jueves en la plaza de la Vieja Usina se concretó la charla de intercambio de visiones y con varios disparadores sobre lo que fue la conclusión de la obra del mural, que horas antes terminó de pintar Silvina Broggi, en una de las paredes de mayor dimensión de la Plaza.

Además de la artista que ofició de moderadora, estuvo presente allí el Director de Cultura del Municipio, Isaías Algañaraz, quien junto a los presentes intercambiaron puntos de vista sobre la propuesta.

Inicialmente, en diálogo con la artista plástica dialogamos sobre el mural “Recuperar la memoria para hacer nuestra historia”. Allí la joven artista contó que “El mural es una reedición, un mural que estaba sobre la pared de la calle Poderoso que se derribó y que a partir de eso, se comunicó conmigo el Intendente Pablo Zubiaurre para que lo vuelva a hacer. Me dijo que eligiera una pared y me decidí por la pared grande de La Vieja Usina” señala la artista.

El mural se terminó de pintar este Miércoles tras 8 días de intenso trabajo. “Fue agotador, son muchos metros de pared pero realmente quedó como quería” nos dice mientras se le tomaba una foto.

“En este caso, se recuperó la temática anterior pero también se centra en la cultura de los pueblos originarios, la cultura mapuche porque entiendo que ha sido una de las comunidades originarias más atacadas en el último tiempo. No hay un reconocimiento de su cultura. Los medios han tergiversado muchísimo todo lo que ha ido aconteciendo.

En este nuevo mural se hace referencia a quienes han encabezado la lucha por esos pueblos y también están los que estaban en el anterior, que tienen que ver con la defensa de los derechos humanos, de jóvenes, de mujeres, de la defensa de nuestros derechos” explica.

Y de todas las imágenes que se observan, de rostros y nombres a los que hace referencia Silvana, sobresale el de Aimé Paine “que fue una cantante mapuche que se inició como artista para contar la historia de su pueblo, utilizó la canción como una herramienta de resistencia, de comunicación” remarca a la vez que añade “algo llamativo que pasó cuando estábamos pintando, es que me dijeron que Aimé Paine había estado en Ayacucho y yo no lo sabía” dice aún sorprendida.

“Me lo contó una vecina cuando estaba pintando. Lo reconoció enseguida, me cuenta que estuvo en la década del 70 donde dio charlas en las escuelas. Ese hecho que desconocía y que me sorprendió, fue que me sirvió para indagar la historia que hay en Ayacucho y que ayuda a interpretar el mural y al pueblo” cerró diciendo.