Hace unos días, a través de las redes sociales, tomábamos conocimiento de esta denuncia llevaba a cabo en nuestra ciudad y que se hizo eco el diario “El Compromiso” Dolores dado que la información llegó a la ciudad cabecera del departamento en lo Judicial. De acuerdo a lo que señala el matutino, “Cinco jóvenes que se dirigían a sus hogares en auto fueron perseguidos por la policía y posteriormente encerrados con otros cinco móviles. Uno de ellos chocó el automóvil que transportaba a tres mayores de solo 18 años de edad y dos menores” manifiesta el histórico diario.
También señala que “los uniformados les gritaron que se tiraran al piso y los esposaron. Increíblemente, uno de los oficiales que actuó en la persecución, se llevó el auto en que venían los jóvenes, sin esperar al seguro ni el peritaje correspondiente” agrega en su informe publicado este Lunes 21 de Agosto.
Textualmente remarca lo siguiente:
Los jóvenes, que nunca recibieron una orden de detenerse mientras el móvil los escoltaba varias cuadras con las sirenas prendidas, fueron llevados al hospital para que los médicos atestiguaran que no habían recibido maltrato policial. Sin embargo, los adolescentes afirman que en el trayecto de vuelta hacia la comisaría, los oficiales le “pasaban el revolver por la cabeza y la panza”, amenazándolos constantemente.
Allí, una de las madres de los jóvenes se dirigió al lugar, pero no le dejaron ver a su hijo. Le informaron que estaba incomunicado por ser “cómplice” de que el conductor manejara alcoholizado, pese a que este tenía todos los papeles en regla.
Según informó Infocielo, los jóvenes fueron trasladados a Dolores, un procedimiento que se realiza cuando el delito es considerable, a pesar que en la causa solo figuraba “resistencia a la autoridad”, algo que desde el entorno familiar de los jóvenes también niegan. También familiares indican que la Fiscal de turno se negó a atenderlos porque estaba durmiendo.
Sumado a las irregularidades y abusos de haber perseguido, encerrado y chocado a los jóvenes, se agrega el secuestro de su automóvil. Pero aún más grave fue la paliza que recibieron los jóvenes dentro de la comisaria, en cuyos cuerpos quedaron marcas de golpes con elementos contundentes.
“Cuando los liberan, lo veo a mi hijo raro y le pregunto si le habían pegado. Ahí le levantamos su pulóver y tenía un gran hematoma en el brazo”, cuenta para INFOCIELO, María Anesetti, madre de uno de los jóvenes.